75 aniversari [ 1931 - 2006 ]

de la proclamació de la II República a Mallorca

25.4.06

El PSM lamenta que el PP vote en contra de homenajear a los maestros republicanos

R.G. PALMA.

El PSM lamenta que el equipo de gobierno del PP vote en contra de hacer un homenaje a los maestros republicanos, tal como votará en el pleno de este jueves. El grupo nacionalista presentó una propuesta para que la conselleria de Educación del Govern lleve a cabo un reconocimiento sobre "la importantísima aportación de todos los maestros que durante la época republicana posibilitaron un fomento de la educación y cultura en todos los niveles sociales", tal como dice el PSM en una nota de prensa. Sin embargo, el PP anunció en comisión informativa que votará en contra en el pleno.
Publicat al Diario de Mallorca
25/04/06

24.4.06

Los republicanos advierten a Pastor que esperan más pasos para la reconciliación

MANACOR I EL TRADICIONAL ACTO DE SON COLETES REIVINDICA TALANTE DEMOCRÁTICO EUROPEO AL PP
Más de 200 personas acudieron ayer al emotivo encuentro, que celebró la reciente retirada de monumentos franquistas
T. OBRADOR. MANACOR.
El tradicional acto republicano de Son Coletes, que comenzó a celebrarse en la década de 1980, experimentó en su edición de 2006 notables cambios. "Esperamos más pasos cara a la reconciliación" es una de las principales conclusiones unánimes que se derivaron del encuentro de ayer. Más de 200 personas procedentes de Manacor, Artà, Capdepera, Son Servera, Petra, Bunyola, Pollença y Porreres, entre otros municipios, acudieron al cementerio municipal del Llevant, donde no faltaron xeremiers, banderas y flores. Asimismo, asistieron políticos del PSM -tanto renovadores como oficialistas-, PSOE, Alternativa EU-EV y Esquerra.
El alcalde, Antoni Pastor (PP), declinó la invitación y no se presentó "para evitar protagonismo político". El comité de Son Coletes, organizador del acto, felicitó a la corporación del Ayuntamiento por la reciente retirada de monumentos franquistas y la proclamación de hijo ilustre de Antoni Amer Garanya, alcalde republicano fusilado. No obstante, lamentó que el consistorio haya denegado, un año más, la solicitud de autorización para colocar, junto a la fosa común, el mural de hierro (ubicado actualmente en el Bosc de la Memòria de Calvià), recuerdo a las víctimas del año 1936, obra de Andreu Pascual Frau (fallecido en 2003). En este sentido, los promotores del encuentro republicano y, a la vez, fórum por la paz, advirtieron que aún "esperamos muchos más pasos para lograr la reconciliación. Falta un largo camino por recorrer" (...) "Queremos pasar página pero falta mucho por escribir".
Antoni Cànoves se estrenó como coordinador del acto, sustituyendo así al reconocido sacerdote, escritor y cuidador de gente débil y marginados, Jaume Santandreu. Cànovas aseguró la continuidad del encuentro anual primaveral de Son Coletes, "como fórum de izquierdas, sin rencor, aunque con firmeza. No olvidaremos los graves hechos. Es cuestión de tiempo y lucha. El solc està iniciat". Cuanto al mural, el comité confía en que su colocación en Manacor será una realidad en el futuro, así como la proclamación de la III República. Otra reivindicación es el cambio de nombre de calles que siguen ´honrando´ a personajes franquistas. Se reprochó al PP su déficit de talante "democrático europeo", denunciando una "derecha heredera del franquismo". La publicación de libros referentes a la guerra civil, como los de Tomeu Ferrer y Antoni Tugores, y el impulso de una asociación para la recuperación de la memoria histórica, también fueron motivos de resaltación en la mañana de ayer. Las intervenciones de familiares o compañeros de víctimas de la represión recibieron sentidas ovaciones. Las canciones ofrecidas por Maria Antònia Gomila, entre ellas Abril 1974, de Lluís Llach, emocionaron a los presentes
Publicat al Diario de Mallorca
24/04/06

Los republicanos exigen la instalación del mural de Frau en el cementerio de Manacor



Más de 200 personas participaron ayer en el homenaje a los asesinados por los sublevados en 1936 en Son Coletes
GUILLEM MAS
Más de 200 personas participaron ayer en el acto anual en recuerdo a las víctimas republicanas en el cementerio de Son Coletes de Manacor. La reivindicación de la instalación del mural de hierro de l'amo Andreu Pasqual Frau, l'amo en Frau, cerca de la fosa común republicana centró el homenje de ayer, donde también se pidió la retirada de las placas con nombres franquistas de las calles del municipio.

El presidente del comité de Son Coletes, Antoni Cànoves, señaló la importancia de la demolición de los últimos monumentos franquistas y la declaración de hijo ilustre al alcalde republicano Antoni Amer, en el marco de 75 aniversario de la II República. Cànoves afirmó que «estos son un primer paso hacia la reconciliación y lo queremos agradecer a todos los miembros del Ajuntament».

El acto recordó a los más de 140 manacorins asesinados y Cànoves advirtió que «no cesaremos en celebrar este día hasta que en cuestión de tiempo logremos que el mural de Frau esté en un lugar discreto de Manacor o en el cementerio. Mientras en el País Vasco se hacen placas en recuerdo de las víctimas de ETA, como debe ser, aquí la derecha se niega a colocar un mural en recuerdo de todas las víctimas del 36». Posteriormente se hizo un minuto de silencio en su recuerdo
Publicat a Ultima Hora
24/04/06

Esquerra reuneix 150 persones al seu sisè sopar per la República

A l'acte hi fou present el vicesecretari general Josep Vall


GUILLEM MAS.

Manacor.

El Cafè Can Lliro fou ahir vespre l'escenari del sisè sopar per la República organitzat per la secció local d'Esquerra Republicana de Catalunya en el qual assistiren més de 150 persones.


L'acte fou presidit pel vicesecretari general de la formació independentista, Josep Vall, i pel president a les Illes, Joan Lladó. També hi foren presents dirigents del PSOE, PSM i EU-EV.


El sopar transcorregué en un ambient clarament republicà i independentista de cara al tradicional homenatge a les víctimes republicanes de la Guerra Civil previst al cementeri de Son Coletes, que serà demà diumenge a les 12 hores.

En el torn d'intervencions, Lladó recordà que en els cinc anys que es du a terme aquest sopar de germanor «s'han aconseguit cinc fites molt importants». Lladó es referí a la demolició dels monuments franquistes a la plaça Weyler de Manacor i els de la plaça Monument de Porto Cristo i el del Club Nàutic, juntament amb el recent homenatge al batle Antoni Amer Garanya i la recuperació de la memòria històrica.

Per la seva part, Josep Vall féu un recorregut històric del que suposà la proclamació de la República ara fa setanta-cinc anys «de noves llibertats».

Publicat al Diari de Balears
22/04/06

18.4.06

Viernes Santo y republicano

RAFAEL TORRES

La coincidencia del 75º aniversario de la proclamación de la II República Española con el Viernes Santo de los católicos ha confirmado, en el caso de que hiciera alguna falta la confirmación de lo obvio, la buena salud de que goza la convivencia entre los españoles pese al discurso apocalíptico de quienes al contemplar la realidad no ven sino la proyección de sus violencias interiores. Los actos cívicos de homenaje al 14 de Abril, los almuerzos de fraternidad, los conciertos, las romerías, se han celebrado físicamente al lado de las procesiones sin que, ni de una ni de otra parte, saltara la menor chispa, circunstancia que seguramente se explica por el hecho de que los políticos catastrofistas y los locutores incendiarios se hallaban de vacaciones y no echando leña al fuego inexistente.
Pero en ese modelo de convivencia necesaria y plural ha destacado la ciudad de La Coruña, no siendo ajeno a ello el hecho de ser ésta una urbe de gran tradición liberal. En los actos programados en La Coruña por el Ateneo Republicano de Galicia el 14 de abril se incluía uno bien hermoso y original que, no obstante, podría haber causado alguna extrañeza entre quienes ese viernes andaban adscritos al recogimiento que dicta la liturgia de su religión, un fantástico castillo de fuegos artificiales en los prados del Campo de la Rata en Punta Herminia, junto al monumento que honra la memoria de los coruñeses que fueron asesinados allí por su lealtad.
18/04/06

17.4.06

La República

Aquests dies s'ha celebrat el setanta-cinquè aniversari de la II República. Sovint m'he fet dues preguntes sobre aquest tema: què en queda avui en dia del llegat de la República? com hauria estat l'evolució del règim republicà fins avui en dia si no hagués estat truncat pel cop d'estat del 36? I si els aliats, una vegada haver acabat la Segona Guerra Mundial, haguessin destituït en Franco i haguessin tornat el poder als republicans, com es va arribar a albirar al seu moment?

No tenc el do de l'endevinament i tampoc no estic per fer una ucronia, així que no diré res de les dues darreres qüestions.

Quant a la primera pregunta, referida sobretot al règim polític, crec que és evident que en queda qualque coseta, però també que se n'han oblidat, sovint ben a posta, moltes d'altres. La transició es va fer des de la mateixa «legalitat» franquista. En cap moment es va propiciar una ruptura amb la dictadura i un retorn al que havia estat la República, ans, contràriament, foren les mateixes Corts del règim anterior les que votaren la transició cap a la democràcia. Aquest fet va tenir conseqüències altament positives, com la gairebé manca de violència del procés i la desactivació dels elements més involucionistes. Però també es va pagar un preu. A l'inrevés del que ha passat a altres indrets que han sortit d'una dictadura, aquí no es va fer una depuració de responsabilitats. No es va jutjar ningú pels crims contra la humanitat executats pels qui havien ostentat el poder dictatorial. Els qui s'havien enriquit gràcies a la corrupció, tampoc es varen veure obligats a retornar els fruits de les seves malifetes. Encara avui en dia hi ha un munt de propietats que foren expropiades a militants republicans, a sindicats, a partits polítics o a diverses entitats cíviques i socials que resten en mans de l'Estat o de qui els va obtenir de forma fraudulenta. Aquesta forma d'actuar va permetre que els hereus de Franco renunciassin a seguir exercint la violència, però no va possibilitar que es fes justícia amb els damnificats. Es va tractar a tothom igual, víctimes i botxins. I tal vegada, degut a les circumstàncies del moment, no es podia fer res més. És possible que si hom hagués volgut restituir la legalitat republicana i jutjar els opressors, hi hagués hagut un nou cop d'estat.

Però ara ja han passat molts d'anys, les coses han canviat i s'han esvaït aquells perills. No seria hora de fer justícia amb els qui patiren la repressió de la dictadura? No s'haurien de retornar els béns confiscats als hereus dels seus legítims propietaris?

Els tímids avanços que s'han fet en aquest aspecte em semblen totalment insuficients. I el que em resulta més mal d'entendre és la postura del Partit Popular. No volen fer cap concessió política per aconseguir la pau al País Basc, volen que es jutgin tots els assassins i es protegesquin les víctimes. Com així no defensen el mateix en el cas de les víctimes i els botxins de la dictadura? Com així accepten les concessions polítiques que es feren als franquistes al seu
moment?

Jaume Lladó. Professor
17/04/06

Parlament de Ramon Molina. Cementeri de Santa Maria. 14 d'abril de 2006

Companys i companyes, amigues i amics

La Comissió que ha organitzat els actes de commemoració de la República a Santa Maria m’ha concedit l’honor de participar avui en l’homenatge als homes i dones que lluitaren, moriren i patiren persecució, per defensar una gran causa: La causa de la llibertat i el benestar del poble, la causa de l’emancipació dels oprimits, la causa, en definitiva, de la justícia.... Perquè si alguna cosa ens fa vertaderament humans, es el desig irrefrenable de les persones justes per fer valer la justícia.

La justícia, amics i amigues, algunes vegades, poques, pot coincidir amb la llei. Però no hem d’oblidar mai que la llei, en aquesta terra i en aquest país, ha estat, quasi sempre, l’emanació dels interessos dels poderosos, dels que tenen el poder i la força, dels que han manat sempre i sempre voldran continuar manant. La justícia, ho repeteixo, és un valor suprem per damunt de la llei i, sols en moments concrets, excepcionals, les dones i els homes justos tenen l’ocasió de adaptar les lleis a la vertadera justícia. La República de 1931 va ser un d’aquests moments especials que es reprodueixen de tant en tant. Un moment on les persones justes es proposaren canviar la societat, fer-la millor, més igualitària, més lliure, més culta.

L’hem de dir alt i clar: la justícia i la veritat pertany als que creien, i als que creiem, que totes les persones han de tenir realment els mateixos drets, que ningú ha de tenir privilegis per dret de naixement, que tots han de tenir la possibilitat d’estudiar i formar-se, de treballar sense que els explotin, de viure en pau i llibertat.

I l’hem de repetir alt i clar: els nostres; aquells que avui recordam, i tots aquells de nom desconegut que compartien els mateixos ideals de llibertat i igualtat i que lluitaren per canviar una societat injusta, ells, eren els justos, els que representaven el vertader progrés, els representants del millor que ha produït històricament la nostra societat, el mirall en el que ens hem de continuar mirant per no oblidar mai el seu esforç ni el seu sacrifici.

Com a homes i dones lliures que eren, -perquè l’única llibertat real és l’opció de dir no a la injustícia-, tenien idees diferents. Eren republicans o socialistes, anarquistes o lliurepensadors, però, per damunt de diferències doctrinals, ells foren lo millor de Mallorca durant uns anys d’esperança i de lluita. Tant se val que no fossin la majoria, tant se val que no guanyessin eleccions, tant se val que els cacics, els senyors, els capellans i els empresaris sense escrúpols, mobilitzessin les seves forces i els seus recursos sense límit per aïllar-los i impedir que la seva veu arribés a una població embrutida per la incultura i dominada per segles d’explotació. Malgrat això, ells tenien la raó, i, per això, les forces més negres de la reacció: senyors, cacics i vaticanistes s’uniren sense fissures amb els militars sublevats per esclafar-los.

Els senyors volien seguir tenint porquerets i jornalers esclaus, els empresaris volien seguir tenint mà d’obra mal pagada, els capellans volien seguir dictant la seva moral des del poder... la seva venjança contra el poble va ser terrible... A Mallorca foren assassinades entre 2000 i 3000 persones, encara no ho sabem amb certesa, un dels percentatges més alts de tota Espanya tenint en compte la població d’aleshores.... Fou un intent salvatge de capgirar la roda de la història i tornar al temps on els poderosos feien i desfeien amb total impunitat, de liquidar anys de lluites i conquestes del moviment obrer i dels pagesos pobres, de tornar a la incultura i a la resignació.

Avui, les condicions de la lluita han canviat. Vivim en una societat diferent, però molts dels problemes de fons que plantejaren els lluitadors que avui recordam, segueixen ben vius.

El règim franquista es va acabar, certament, però han passat 28 anys i ara, el 2006, podem afirmar amb tota rotunditat que aquella transició que, ens digueren, fou modèlica es fonamentava en una premissa perversa: els vençuts havíem de continuar essent vençuts; les esquerres, els progressistes, podrien governar als ajuntaments, a les comunitats autònomes i fins i tot al govern de l’estat però amb la condició d’oblidar, de no recordar, de considerar els seus morts i les seves tradicions com una simple qüestió de debat entre historiadors.

La gent d’esquerra s’havia d’adaptar als nous temps, ésser moderns i enterrar el passat i, sobre tot, no tocar els privilegis dels que havien guanyat, dels que comandaven des de sempre. Cregueren que el temps ho arreglaria tot i que, amb el pas dels anys, seria possible civilitzar a una dreta que sempre havia governat amb la violència i la imposició. Ens equivocàrem!. La dreta ha consentit governs d’esquerra durant els anys que necessitava per reorganitzar-se, per formar nous quadres i nous dirigents, per tapar el seu passat franquista i presentar-se en societat com a demòcrates i liberals; però, quan han tornat al poder, la bèstia amagada ha tornat despertar-se. Es creuen investits de la gràcia divina, es creuen que ningú més que ells poden governar i manar. Ho volen tot; no poden acceptar ni tan sols compartir el poder. Insisteixen en que no s’han d’obrir velles ferides i diuen que no hem de cercar les tombes dels nostres morts..., mentre que ells tenen les esquenes ben cobertes: els seus morts han tingut monuments, carrers dedicats i reconeixement, però els nostres han de continuar enterrats vora les cunetes de les carreteres. Volem que es recordin els seus noms! Volem que s’honori la seva memòria! I volem també saber el nom dels responsables de la seva mort, dels que els mataren i dels que els manaren matar!

Potser l’esquerra es vulgui fer la il·lusió que la lluita social s’ha acabat, ha passat de moda... però la dreta la té ben present. Repasseu sinó les declaracions dels seus dirigents i l’odi i la crispació que generen des del moment en que perden alguna parcel·la de poder. Ho vérem a Balears durant el curt govern de Progrés i ho veiem en l’actual mobilització permanent de la dreta i l’església contra un govern espanyol tímidament reformista. És la mateixa tàctica que seguiren durant els anys trenta contra la República... Però el decurs de la història no es pot aturar... Hem d’ésser optimistes!.

Ara vivim temps infinitament més favorables per als canvis que fa 75 anys: Afortunadament la nostra societat ja està pràcticament descristianitzada, el pes reaccionari de l’exèrcit ha minvat considerablement, els joves d’avui poden instruir-se, malgrat la desinformació que genera l’excés d’informació manipulada i irrellevant. La força de la veritat s’obre i s’obrirà pas poc a poc, però, potser... massa lentament.

Dia a dia veiem que la dreta renova el seu discurs, parla més i més agressivament, revisen la història i aparèixen opinadors i propagandistes que defensen el cop d’estat del 18 de juliol i el règim franquista com un mal menor, que fou necessari per aturar la voluntat del poble que volia canviar d’arrel les coses; això, amics i amigues és només el començament. La dreta es mostra de cada dia més clarament com a reaccionaris viscerals, encara que ara, en lloc de dir-se franquistes, es presentin com a nous lliberals o neo-lliberals. Una idea els uneix i els continuarà unint: el desig de preservar el poder i l’odi al poble treballador que vol avançar. Per això es mantenen units i aquest odi cohesiona les seves files. Mentre tant,... l’esquerra i les forces progressistes, no s’atreveixen a respondre amb contundència a les provocacions i es divideixen i fraccionen per qüestions insignificants.

Si... amics i amigues; la República de 1931 fou possible en gran part gràcies a un pacte d'unitat; tot començà amb aquell pacte que reuní a tots els antimonàrquics a la ciutat de Sant Sebastià el 1930 i propicià la presentació de candidatures unitàries a les eleccions... I, recordar la República és també aprendre dels seus errors i encerts. Aqueixa primera lliçó unitària és una lliçó per recordar: Front al bloc d’interessos reaccionaris que avui governa a les Balears una primera passa pot ésser reunir forces per fer fora als seus representants polítics

No demanam que ningú renunciï a les seves pròpies idees, però avui, més que mai, hem d’evitar els errors passats. Som la majoria i, només per la nostra divisió, la dreta hereva del franquisme pot governar en aquesta terra. Alguns creuen en la democràcia i el sufragi com a camí de progrés, altres creuen que amb els vots mai no canviarà realment res i calen accions més enèrgiques, però, com a mínim, tots els que accepten competir en unes eleccions han d’entendre que la majoria social de l’esquerra s’ha de poder concretar en un compromís unitari per expulsar del poder polític a la dreta reaccionària, als hereus del franquisme.

El nostre millor homenatge als milers d’homes i dones que lluitaren i moriren per la llibertat i la justícia serà intentar continuar la seva obra transformant la societat ... I si per canviar la societat necessitam poder, guanyem-lo!

Recollint la seva herència i servant la seva memòria, cridem ben fort, Visca la República!

Sense justícia no hi ha democràcia

Al nostre país, tenim encara un deute pendent amb la història, amb la dignitat i la memòria de les persones que patiren les cruels conseqüències de la dictadura. Encara existeix un interès a girar la mirada a l'altre costat davant d'aquells terribles esdeveniments provocats arran del cop d'Estat franquista. Han tractat els republicans com «els perdedors» i vençuts, i no com a víctimes subjugades per la força militar sota un règim totalitari. És el moment de tancar la ferida?, o -en paraules del seu llegat ideològic- «de no remover el pasado?». La veritat històrica no es pot amagar darrere la por (o la vergonya?) i com si tractàssim encara un tema tabú. La ferida, per a les víctimes, encara roman oberta. Tan oberta per a nosaltres repetesc, les víctimes, que encara podem tocar amb les mans els noms dels carrers i les places de feixistes gloriosos, de monuments de la vergonya a los Caídos i al Caudillo, de restes de cossos assassinats i enterrats a fosses comunes, de milers d'exiliats i desapareguts, de milers de torturats, d'executats a les presons i a les comissaries franquistes, d'arxius històrics robats i deportats com a botí de victòria, la ràbia constant en topar el veïnat o la veïnada del barri que va delatar o assassinar el padrí, el pare, el germà, el fill perquè va defensar la legalitat institucional i democràtica d'aleshores... Quan la sacrosantíssima batllessa de Palma prohibeix actes per commemorar la Segona República per mera incompatibilitat ideològica i religiosa o te neguen la consulta a l'Arxiu de la Història de Mallorca si el franquista en qüestió relacionat amb la investigació encara és viu, parlam de proves irrefutables del secretisme i l'actitud constant de voler amagar els crims de la dictadura. El nou Estat espanyol i els seus governants, no han engegat el procés que duria a terme qualsevol Estat normal del món quan supera una dictadura, per simple higiene democràtica. S'ha girat la pàgina de la història que no interessava, que molestava (i que avergonyeix) i ens remeten com a excusa a mirar cap endavant. No importa si un dels ministres de Franco ha estat president de Galícia durant una pila d'anys i ara fa de senador amb absoluta impunitat; no importa que destacats membres del govern dictatorial ocupin càrrecs rellevants a empreses públiques; no importa que els militars que ocupaven càrrecs de confiança amb el Generalísimo ocupin càrrecs de major importància amb el seu successor i facin lectures polítiques de la Constitució espanyola; no importa que al partit i sindicat únic de la dictadura, i a d'altres derivats d'extrema dreta que s'han anat fundant posteriorment, no se'ls apliqui la Llei de Partits; no importa que el dofí, col·laborador i successor del dictador sigui l'actual Cap d'Estat emparat sota la Constitució espanyola; no importa si els assassins i torturadors franquistes es passegen pel carrer demostrant amb orgull el seu passat davant d'entrevistes als mitjans de comunicació... Tot això sembla que no els importa. A països com Alemanya, Xile, l'Argentina, Romania, Sud-àfrica, l'ex-Iugoslàvia, etc., les dèries de governs dictatorials varen deixar empremtes ferotges i esfereïdores, rius de sang i vergonya, fosses comunes, neteges ètniques i polítiques, persecució ideològica, camps de concentració, tortures i presos polítics... Per assolir plenament la democràcia, la primera passa va ser assenyalar, perseguir i jutjar els criminals que cometeren les atrocitats, els còmplices que participaren en la barbàrie i portar-los davant dels Tribunals. Per què no hem fet el mateix a casa nostra?... Sense justícia no hi ha democràcia.

Joan Miquel Chacón. (Rebuda per e-mail).
Publicat a Cartes al Director
16/o4/06

L'esperit del 14 d'abril

El PSOE pretén que la declaració de l'any 2006 com a any de la memòria, no sols suposi un homenatge a la República, sinó també a la constitució de 1978. De manera que ja tenim la seu plena d'ous. Els socialistes miren de trobar-nos un buit adient on aparcar el cotxe. El cotxe és la República. I nosaltres, els republicans, conduïm a massa velocitat, amb imprudència. M'explico. La commemoració del 75è aniversari de la proclamació de la República, ha tingut un ressò inusual. La opinió pública és com una bola de neu que tan aviat com algú la fa rodolar, rodola i rodola, i tot rodolant va creixent. Ara mateix desconeixem els motius concrets que fan créixer el nombre de partidaris de la República. Fins i tot desconec si aquest increment del republicanisme serà fruit d'una moda o pot quallar, qualque dia, en una alternativa seriosa al sistema monàrquic. Allò que és indiscutible és que l'any passat celebraven el 14 d'abril quatre rates i el sereno, i enguany, la celebració, suscita interès en tot el teixit social. I commou els joves, sobretot. Això ha causat neguit entre els conversos de l'esquerra -socialistes i comunistes-, i després de passar-se trenta anys besant les mans a qualsevol que pogués acreditar una baronia estantissa, s'han tornat a incorporar al republicanisme. Benvinguts siguin al seu lloc natural, els conversos. Tanmateix, n'hi ha per a tirar el barret al foc. El seu dirigisme comença a notar-se en els moviments de base -com és ara la concentració republicana del Divendres Sant a Palma-, i a capgirar, subtilment, el significat de les coses. Em referiré únicament al segon aspecte. La diputada socialista Aina Rado insisteix a recomanar-nos que hem de separar República de Guerra Civil, la qual cosa és impossible. La Guerra Civil és una conseqüència directa de la República, i l'èpica que se'n deriva, d'aquella, té a veure amb les utopies que havia posat en circulació el republicanisme. En poso un exemple. La constitució republicana afirma, a l'article primer, que «España es una República democrática de trabajadores de todas clases, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia». Ja sabem que tal afirmació no és altra cosa més que un brindis al sol, però benvinguts siguin els polítics d'esquerres que alimenten utopies. Que tal afirmació tergiversava la realitat d'un Estat en el qual un terç de la població era formada per clergues i rendistes? Possiblement sí. Tanmateix, la paraula escrita en un document constitucional és una declaració de principis d'un valor simbòlic inqüestionable, cosa que saben els socialistes, d'altra manera no haurien tingut tant i tant d'interès de llevar el terme nació del nou estatut català. Bé, tornem al plantejament de Rado. La República, segons la diputada socialista, no va poder desenvolupar unes mesures de caire progressista -vot de la dona, ensenyament públic i laic, reforma militar i agrícola, llei de divorci i dret a l'avortament- que han estat recuperades a partir del marc constitucional de 1978. Entesa així, la República s'hauria d'estudiar com un canvi temporal del sistema polític habitual, el monàrquic. Seguint el plantejament d'Aina Rado arribem a la conclusió que la constitució de 1978, legitima la República de 1931. Cas d'acceptar aquest supòsit, hem de pensar que el somni s'ha fet realitat i que no cal alimentar més aspiracions republicanes? Això ens ve a dir, amb força subtilesa, Aina Rado. Tot ens fa pensar, per tant, que els socialistes ens cerquen un buit a un costat del camí, en el qual puguem aparcar el cotxe. El cotxe és la República, ja ho he dit. Insisteixo: la conclusió d'aquest plantejament és que la República no és una aspiració, perquè la modernització de l'Estat ja és un fet. Sols ens queda establir analogies per a cloure el llarg periple de la llibertat: Zapatero és Azaña i, la monarquia, una república coronada.

Llorenç Capellà. Escriptor.
Publicat al Diari de Balears
16/04/06

14 d'abril: passat i present

En la història recent i actual de l'Estat espanyol a penes no disposam de símbols amb capacitat suficient per empastar i construir ponts entre tantes diferències i sectarismes. Vist amb una certa perspectiva, podem convenir que l'esperit del 14 d'abril tenia un aire de renovació i de canvi, suposà una oportunitat històrica per entrar definitivament en una modernitat que se'ns resistia, vigilada per unes classes socials nostàlgiques del passat i que mantenien la població al marge dels codis de la civilització democràtica. El 14 d'abril és una data màgica. Ens remet al somni d'una ciutadania que durant dècades no ha aconseguit l'autonomia suficient, no ha consolidat els drets democràtics i necessita alliberar-se de tantíssimes cadenes morals, socials i polítiques. Es tracta, doncs, de reivindicar l'esperit genuí d'aquella realitat nova que emergia al carrer aquell dimarts d'abril, dos dies després d'unes eleccions municipals que certificaren la mort d'una monarquia decadent i podrida. La millor manera de defensar de República, avui, és reivindicant l'esperit de la democràcia actual, reforçant els valors, els continguts i les conviccions que li han donat sentit al llarg de gairebé trenta anys. La República fracassà perquè no hi ha havia cultura democràtica, sinó més aviat molta efervescència ciutadana incontrolada i mal canalitzada. Setanta-cinc anys després, Europa torna a patir alguns símptomes de malestar, envelliment i esgotament. La democràcia perd simpatitzants i militants, mentre hom té la impressió que les institucions democràtiques en general tampoc no han tingut excessiva cura de formar la ciutadania. Exemples com Marbella, ses Salines, Calvià, Sineu o Montuïri, per citar només alguns dels casos de corrupció més utilitzats mediàticament, no beneficien ningú, però tampoc no ajuden a augmentar les conviccions democràtiques o republicanes. La realitat ens confirma que els poders que acabaren amb la República segueixen vius i acaben devorant tot allò i tots aquells que no estan al seu servei. Això, senyor Rubio, vós segurament mai no ho entendreu.

Pere Fullana. Historiador
Publicat al Diari de Balears
15/04/06

15.4.06

Centenars de persones commemoren la II República









L'acte fet a Palma va ser un dels més nombrosos d'ahir arreu de l'Estat, amb el de Pamplona i Lleó

LL. LORENZO. Palma.

Entre 400 i 800 ciutadans (segons la Policia Local i els organitzadors) acudiren ahir a la commemoració del 75è aniversari de la II República a la plaça de Cort amb banderes tricolors i estelades.


A diferència d'altres 14 d'abril, aquest coincidia amb el Divendres Sant. A causa d'aquest fet, l'acte, convocat per la Comissió Cívica per la Commemoració del 75è aniversari de la II República, no estigué exempt de polèmica, la qual cosa, recordaven els organitzadors, «li ha donat publicitat», fins al punt que asseguraven que «agraïm a la batlessa Catalina Cirer la seva actitud».


L'Ajuntament havia decidit que els actes no es duguessin a terme sota la balconada de l'Ajuntament, que començassin mitja hora més tard que la representació del Via Crucis de Llorenç Moyà, i que no incloguessin el concert que tenia previst fer ahir la Gran Orquesta Republicana i que, finalment, tindrà lloc avui. Aquestes decisions, a més de les banderes a mig pal en senyal de dol per la commemoració de la mort de Jesús de Natzaret, feien palès que la Mallorca i l'Espanya d'ahir no són les de fa 75 anys.


Tanmateix, centenars de ciutadans, entre ells els líders dels Socialistes de Palma, del PSM, d'EU, d'Els Verds i d'ERC, eren ahir a la plaça de Cort per reviure el 14 d'abril del 1931.
Els actes començaren amb unes paraules de Margalida Capellà, presidenta de Memòria Històrica i portaveu de la comissió. Capellà comentà que «ens agradaria ser allà (assenyalant cap a l'Ajuntament), però no ens han deixat a pesar que els nostres valors són els fundacionals de l'actual democràcia». Igualment, l'activista tingué paraules d'agraïment «per a la gent que féu possible que es proclamàs la república en aquesta illa i en aquest país, i especialment pels que perderen la vida defensant-la el 1936».


A continuació, el jove republicà Salvador Oliva llegí poemes de Bertold Brecht (Elogi del deute), Salvador Espriu (Inici del càntic en el temple) i de Martí i Pol (Ara mateix), i Cristina, una aficionada a les cançons republicanes, interpretà En el pozo de María Luisa, En la plaza de mi pueblo i Grândola, vila morena amb el públic.


Posteriorment, l'escriptor Biel Mesquida i la professora Esperança Bosch llegiren el manifest demanant la dignificació de la II República. A més, dos dels protagonistes del 14 d'abril del 1931, Llorenç Noguera i Gabriel Riera, repetiren el «¡Visca la República!» de fa 75 anys. Noguera afegí un missatge que féu reflexionar a més d'un sobre la divisió sindical davant el Primer de Maig. «Anau vius! Estigueu units!».


Finalment, els xeremiers Andreu Oliver i Kiko López interpretaren l'himne de Riego acompanyats dels crits del públic pronunciant «Llibertat, llibertat, llibertat!».

Informació publicada al Diari de Balears

15/04/06

Homenatge a la II República

Comissió Cívica per a la commemoració del 75è aniversari de la II República
Avui es compleixen 75 anys de l´adveniment de la Segona República. Fou el 14 d´abril de 1931 quan, com a conseqüència del triomf dels republicans i els socialistes a les eleccions municipals celebrades dos dies abans, Alfons XIII cessà en les seves funcions i es proclamà el règim republicà enmig d´una autèntica revolució popular de caràcter pacífic. És cert que a hores d´ara el debat sobre determinats aspectes del règim del 14 d´abril o les causes concretes del seu tràgic final segueix en part obert. Però el que ningú mínimament seriós no nega és que la República representà un episodi central dins la història de la lluita dels pobles de l´Estat espanyol per la consecució de les llibertats democràtiques i la justícia social.
La República es va desenvolupar en el complicadíssim context polític i econòmic internacional dels anys trenta. A més a més, els problemes estructurals que patia la nostra societat i la manca d´una cultura democràtica ben arrelada dificultaren la consolidació del projecte. Sens dubte, determinats aspectes del sistema polític establert entre 1931 i 1936 poden ser objecte de valoracions crítiques. Però, alhora, pensem que cal reivindicar públicament i transmetre a les generacions futures l´exercici i els valors de l´experiència republicana.
Així, cal destacar que durant el període republicà es va dur a terme el més seriós intent de posar les bases per a desenvolupar un Estat democràtic avançat i per impulsar un projecte de modernització en tota la història contemporània. Els primers governs republicans exerciren una admirable tasca encaminada a resoldre les seculars injustícies i desigualtats que patia l´Estat. En són bons exemples: la concessió del sufragi femení, la llei del divorci, l´impuls decidit a l´ensenyament públic i laic, la promoció de la cultura, les reformes en matèria social i agrària, la separació Església-Estat, i la reforma militar.
A més a més, el règim republicà implicà un increment espectacular de la participació política dels ciutadans. Per primera vegada sectors de la població que tradicionalment havien estat exclosos de la vida política, s´incorporaren al debat públic gràcies a l´extraordinària difusió de la premsa periòdica de totes les tendències i a l´extensió de la xarxa associativa. Amb la perspectiva que dóna el temps sobta que, en un context internacional marcat per l´avanç dels règims totalitaris, a l´Estat espanyol es fessin esforços tan notables per construir una de les democràcies més avançades de l´època.
Amb la implantació de la dictadura franquista, els hereus de la tradició republicana prosseguiren, des de la més dura clandestinitat, una desigual lluita per la recuperació dels ideals democràtics. La generositat amb què tants d´homes i dones sacrificaren les seves vides en la defensa d´aquests valors, constituí una transcendental aportació a la recuperació de les llibertats democràtiques després de la mort del general Franco. Aquesta contribució no fou degudament reconeguda en els anys de l´anomenada Transició Democràtica, sovint presentada com a graciosa concessió de determinades èlits polítiques al conjunt dels ciutadans. D´aquesta manera, es pretengué perllongar l´amnèsia col·lectiva i s´evità revisar a fons la història escrita pels vencedors de la conflagració civil de 1936-39.
Ara emperò, no és possible ignorar per més temps aquesta realitat. Malgrat les tergiversacions que sovintegen en determinats àmbits mediàtics i polítics, la recuperació de la memòria històrica s´escampa per tot arreu. En els darrers anys, a molts d´indrets de l´Estat espanyol s´han empès importants iniciatives en aquest sentit.
Al nostre entendre, és imprescindible que les Illes Balears s´incorporin plenament en aquest corrent. Les recerques historiogràfiques desenvolupades en els darrers decennis han pogut constatar l´esfereïdor abast de la repressió franquista a l´arxipèlag, així com l´existència, des de 1939 mateix, d´uns corrents de resistència política a la dictadura gens menyspreables. Però, malgrat això, des de les institucions públiques no s´han fet esforços suficients per transmetre a la ciutadania la necessitat de valorar adientment aquests episodis de la nostra història i d´atorgar el reconeixement públic adequat a les víctimes del franquisme. Reparar aquesta injustícia històrica no és només una obligació moral cap a les generacions que ens precedeixen, sinó també un requisit bàsic per poder avançar cap a noves fites democràtiques.
Per tot això, considerem imprescindible seguir impulsant iniciatives i activitats públiques destinades a divulgar els valors democràtics impulsats entre 1931 i 1936, reconèixer el deute que la nostra societat té amb els lluitadors antifranquistes, i aconseguir la supressió dels símbols exaltadors de la dictadura franquista que encara perduren als nostres carrers.
14/04/06

El sueño de la República


DANIEL CAPÓ

En su introducción al libro Anticlericalismo y libertad de conciencia, el profesor Manuel Álvarez Tardío resume los motivos que condujeron al fracaso de la Segunda República española: " La fe en el progreso -afirma Álvarez Tardío- se tradujo en una confianza sobrenatural en el poder de la política para transformar la realidad. La Segunda República quiso ser, como insistió una y otra vez Azaña, el reino de la acción política; con ella y gracias a ella el país alcanzaría a ver cumplido el sueño de la modernización". Como todas las opiniones, la del profesor Tardío es matizable y sujeta a consideraciones ideológicas. Pero la época -el período de entreguerras, digo- descreía de la democracia y ponía su empeño en lograr el proyecto revolucionario de un hombre y una sociedad nuevos. La realidad concreta del país -quizá porque el hombre nunca termine de sentirse a gusto inserto en su propia realidad- debía subordinarse a la acción política, ajustarse al ideal utópico del momento. Este no deja de ser un error que comparten todos aquellos que desconocen la importancia crucial de los distintos resortes sociales que sostienen al Estado. La retórica de la Segunda República, al menos en sus peores momentos, no se distinguió mucho de la ensoñación maniquea de los adolescentes, cuyas consecuencias últimas suelen ser proporcionales al fulgor de sus frustraciones. De hecho, el frágil equilibrio que se forjó en España a lo largo del siglo XIX y de principios del XX -trabado, eso sí, con enormes dificultades- estalló ante la propulsión utópica de la acción de gobierno y la deslealtad de la oposición. Como en el resto de la Europa continental, la derecha y la izquierda españolas compartían un discurso forjado en la fragua del mito y la esperanza mesiánica. Y aunque es importante recordar que el golpe militar del 36 fue responsabilidad única del nacional-catolicismo, la historia nos demuestra que los procesos de mistificación política -y de mistificación hubo por los dos bandos- terminan por convertirse en un sucedáneo sangriento de la distopía. Así, como si fuera un continuum, detrás de la locura se encuentra el virus de la utopía; el mito adolescente de un Nuevo Edén en el que sólo los puros merecen vivir.
El error es hijo de los hombres y de las épocas, de la ignorancia y del rechazo a la lenta cadencia de la historia. Ahora que se vuelve a invocar a la República -tanto para denigrarla como para ensalzarla- no estaría de más que se respetara la armadura de estos cuatro puntos cardinales. Por fortuna, ni la España de hoy coincide con el país empobrecido de la década de los treinta, ni las utopías de la República son ya exactamente las nuestras. De ahí, que uno no sepa muy bien por qué tanto empeño en recuperar el proyecto histórico de la República -como aún entiendo menos que se hable desde la admiración del franquismo o de la vigencia de la España de los Reyes Católicos. En el fondo, es mejor que los mitos duerman el sueño de los siglos. Y que el futuro no lo dicte el recuerdo de un pasado que ya muy pocos han conocido.
14/04/06

Viva la República

RAFAEL TORRES

Todo demócrata español, y, cómo no, el presidente del Gobierno, debe rendir culto al legado de la II República Española, pues se trata no sólo del legado de nuestro único antecedente democrático, sino de un legado particularmente luminoso en lo político, en lo institucional, en lo cultural, en lo educativo, en lo legislativo, y en todo cuanto se precisará siempre, en suma, para construir la convivencia de los españoles sobre los pilares de la libertad, la igualdad y la fraternidad, de suerte que el elogio del presidente Zapatero en el Senado a los valores heredados de aquella República de trabajadores de todas clases prestigia al presidente, al Senado, a la política y al conjunto de los ciudadanos, para servir a los cuales, a su felicidad y a su prosperidad, nació la II República Española.

Hoy se conmemora el 75º aniversario de aquel suceso extraordinario por el que los españoles, desde antiguo condenados a la injusticia, a la miseria y a la indignidad por dictaduras y reinados infames, pasaron de súbditos a la superior condición de ciudadanos, pero sólo desde muy recientemente se ha podido contar a las nuevas generaciones qué hizo de veras aquel régimen de libertad que su matador, el franquismo, criminalizó hasta el delirio con la intención de exonerarse de su asesinato. La República trajo a un país triste, por aherrojado, la alegría de vivir, y la trajo de la mano de un discurso afectivo, respetuoso, y de unas leyes justas para promoverla y asegurarla en lo porvenir: 16.000 escuelas construidas, igualdad del hombre y la mujer, elevación de salarios y bajada de alquileres, saneamiento radical de la corrupción caciquil, separación de la Iglesia y el Estado, reforma agraria, atención sanitaria al trabajador, ley de divorcio... La memoria de esa alegría debe, por sí misma, alegrarnos, y de ahí mi exclamación jubilar de Viva la República que se funde hoy, 14 de abril, con la de tantos compatriotas.
14/04/06

La esperanza tricolor


75 ANIVERSARIO DE LA PROCLAMACIÓN DE LA II REPÚBLICA I LA PLAZA DE CORT FUE UN LUGAR ESTRATÉGICO
La Segunda República fue proclamada en Palma el 14 de abril de 1931 entre muestras de entusiasmo y escasos incidentes
JOAN MAS QUETGLAS
Tres colores se apoderaron de Palma la tarde del 14 de abril de 1931: rojo, amarillo y morado. Tras tener noticia de que en Barcelona se había proclamado la República, una comitiva de dirigentes republicanos y socialistas mallorquines se dirigieron a los principales edificios oficiales de la capital balear. Al balcón del Ayuntamiento salieron los concejales Alexandre Jaume, Ignasi Ferretjans y Josep Tomàs y el diputado provincial Antoni Pou. Izaron la bandera española tricolor y llamaron al orden y al civismo a las personas que se iban congregando en la empedrada plaza de Cort. Entre vítores anunciaron la caída de la monarquía y el advenimiento de la República. Con júbilo fue recibida la noticia. Los aplausos volvieron a llenar la plaza cuando fue enarbolada la bandera mallorquina y la campana del reloj municipal resonó con ímpetu. Escenas similares se repitieron a las puertas del Gobierno Civil, la Diputación Provincial y en la mayoría de las casas consistoriales de la isla.
El cambio de régimen llevó consigo un relevo inmediato y pacífico en la dirección de las principales instituciones. Únicamente el alcalde de Palma, Jaume Suau, del Partido Conservador, se opuso dejar el cargo. A la comitiva de dirigentes republicanos y socialistas manifestó que sólo lo abandonaría por las bravas. Entonces, la intervención de Alexandre Jaume fue determinante para evitar un altercado. Colocó una mano sobre el hombro de Suau, imitando un acto de fuerza. Alexandre Jaume dirigió el Ayuntamiento de Palma durante la jornada del 15. Al día siguiente, tomó posesión el socialista Llorenç Bisbal. Antonio Pou y Francesc Julià se pusieron al frente del Gobierno Civil y de la Diputación Provincial. En las horas siguientes a la proclamación de la República tuvieron lugar varias manifestaciones. La mayoría estaban promovidas y formadas por obreros y jóvenes simpatizantes de los partidos socialista y republicano. Se pasearon por la ciudad cantando estrofas de La Marsellesa y enarbolando pancartas antidinásticas y revolucionarias. Los únicos incidentes incívicos se registraron el día 15, declarado festivo. Una partida de manifestantes intentó destruir la estatua del político conservador Antoni Maura, situada en la plaza del Mercat de Palma. Peor suerte corrió el monumento a Ramon Llull que se hallaba a las puertas del instituto de enseñanza. Los exaltados lo decapitaron. Un colectivo de estudiantes envió una carta a los periódicos locales lamentando este hecho vandálico. Para evitar saqueos y actos anticlericales, los jóvenes socialistas hicieron guardia delante de las iglesias y conventos.
Amnistía para 16 reclusos
Varias bandas de música recorrieron la ciudad de Palma. El Orfeón Republicano ofreció un concierto en la plaza de Cort. Cientos de bombillas eléctricas iluminaron la fachada del ayuntamiento hasta altas horas de la noche. En aplicación del decreto de amnistía emitido por el Gobierno central, de la prisión provincial salieron dieciséis reclusos. Acompañados del director de la cárcel y de un capellán se trasladaron al gobierno Civil para agradecer al gobernador la medida de gracia de las nuevas autoridades. En cuestión de horas, de la ciudad de Palma desaparecieron numerosos símbolos monárquicos. Una comitiva de jóvenes republicanos se desplazó hasta la sede del equipo de fútbol Real Sociedad Alfonso XIII. Obligaron al conserje a retirar el escudo del portal y en su lugar fue colocada una pizarra con las letras C. D. Mallorca. Hechos muy parecidos ocurrieron en las sedes del Real Club de Regatas y el Real Club Automovilístico. De los salones y despachos oficiales fueron descolgados los retratos de los miembros de familia real española. Los republicanos más activos se desplazaron hasta el muelle de Palma para exigir la retirada de las banderas monárquicas de los barcos anclados. La Segunda República trajo consigo la recuperación de las libertades colectivas e individuales. La política dejó de ser patrimonio de las elites sociales. El Primero de Mayo de 1931 se celebró en Palma en un clima de libertad y esperanza en un futuro mejor. Una manifestación atravesó el centro de la ciudad, desde el muelle al Coliseo Balear. Después de muchos años de prohibición, se exhibieron banderas comunistas y anarquistas. La plaza de toros se llenó hasta la mitad y subieron a la tribuna varios líderes sindicales. El presidente de la Unión General de Trabajadores (UGT) de Baleares, Miquel Porcel, tomó la palabra en primer lugar. Denunció los paros injustificados en las fábricas que realizaban los empresarios contrarios a la legalidad republicana. El secretario provincial de UGT hizo lectura de las peticiones que su sindicato iba a plantear al nuevo Gobierno: sufragio universal a partir de los 21 años, jornada laboral de 8 horas, protección social para los desempleados, jubilación a los 60 años, regulación de las cooperativas y la construcción de escuelas públicas y viviendas económicas.
Recuperar el hábito de gobernarse
En mayo tuvo lugar una de las primeras iniciativas autonomistas. El republicano moderado Antoni Pou pronunció la conferencia El Estatuto de Mallorca. Pou denunció que España sufría un siglo de retraso porque el Estado no reconocía las nacionalidades y estaba viciado por una estructura arcaica y burocratizada. "Los mallorquines han de recuperar el hábito de gobernarse solos. Desde hace siglos nos manda Madrid". Así pues, el primer paso para recuperar la autoestima y mejorar cultural y económicamente había de ser la aprobación de un estatuto regional. Sin la descentralización el progreso no llegaría. El 31 de mayo se celebraron elecciones municipales. En Palma, los republicanos consiguieron 17 regidores, 9 los socialitas y los liberales, 4 los regionalistas y 2 los conservadores. La trayectoria vital y política de los dirigentes que hicieron posible la instauración de la República en Mallorca fue desigual, a pesar de estar unida por un ideal común. Ignasi Ferretjans Juan huyó de Mallorca a finales de 1936 y se estableció en Barcelona. Colaboró con el PSUC, fue condenado a muerte y declarado en rebeldía en 1937. Tras la guerra, pasó por un campo de concentración francés. Fijó su residencia en Méjico, donde murió a los 94 años de edad. Sólo regresó una vez a Mallorca. Antoni Pou Reus murió a los tres años de proclamarse la República. Su paso por el Gobierno Civil fue breve y fue candidato a las Cortes por Concentración Republicana. Llorenç Bisbal dimitió de la alcaldía de Palma en octubre de 1931. Fue elegido presidente de la Federación Socialista Balear. Por razones de salud abandonó el cargo en 1935. Murió a los pocos meses. El médico Josep Tomàs Renteria fue alcalde de Palma en 1933. Escapó de la isla a bordo de un barco inglés en 1936. Se exilió en Méjico, donde falleció en 1944. Francesc Julià Perelló fue elegido diputado en Cortes en 1931 i 1933. Se retiró de la política activa unos meses antes del golpe de estado de 1936 y no fue perseguido por las autoridades franquistas. Murió en Palma a los 98 años. Alexandre Jaume Rosselló, consiguió el acta de diputado en 1931. El 19 de julio de 1936 fue detenido y acusado de conspirar contra el alzamiento de Franco. Junto a otros dirigentes republicanos fue fusilado el 24 de febrero de 1937 en Palma.
14/04/06

12.4.06

LE JOUR DE GLOIRE

"Martes 14 de abril de 1931. Las tres de la tarde. Plaza de Cort. Ambiente
crinado de inquietudes. Voces y gestos. Las tres y media de la tarde. Acentúase
la emoción cívica. El pueblo aguarda. Un grupo de jóvenes avanza. Llevan en sus
brazos, desplegada, la bandera tricolor. El tercer color es el morado. Cobra en
estos instantes un prestigio de símbolo: es el color del martirio. Cuantos
cayeron ¡cuantos! La multitud unge de veneración, unos nombres. La nueva enseña
álzase – lenta – en la fachada principal del Consistorio. El viento la
estremece en un escalofrío glorioso. La multitud saluda y aclama. Son las cuatro
menos veinte de la tarde. 14 de abril de 1931. Tarde histórica. Un veterano
evoca, llorando ¡ 11 de febrero de 1873! "

Así describía los acontecimientos de tan señalada jornada en la plaza de Cort de Palma Miquel Àngel Colomar, periodista, poeta, critico de arte y dibujante en una columna titulada “Le jour de Gloire”, desde las paginas de El Dia, 21/04/1931. Colomar, funcionario de del Ayuntamiento palmesano, purgado y encarcelado, aunque salvó la vida y, como tantos otros, por ejemplo,Pere Capellà, por citar otro caso emblemático en el mundo del arte y la cultura, vivió entre los vencedores sometido a la más vil marginación. Otros, muchos otros, cayeron víctimas de una inexorable barbarie de sangre y muerte sobre la cual reposan muchos de los privilegios aún vigentes. Y son esos, los beneficiados de la ignominia, los que exigen mirar hacia otra parte y esconder la verdad que, una vez perdida, sólo ofrece espacio a la mentira de los vencedores y, por tanto, al cinismo más descarado.

La monarquía, en 1931, cayó víctima de sus propias contradicciones, Alfonso XIII al condescender ante la inconstitucional dictadura del general Primo de Rivera, sucumbió por su ilegal actuación. El que fuera ministro de gobernación en el primer gobierno republicano, Miguel Maura, hombre procedente de las filas monárquicas como el primer presidente de la República Niceto Alcalá Zamora, en su clásica obra Así cayó Alfonso XIII define así las elecciones municipales que precipitaron el advenimiento republicano: "El verdadero tema del plebiscito – pues de un plebiscito se trataba – era éste: ¿Ha sido o no, Don Alfonso XIII, responsable y cómplice del golpe de Estado y de la violación de la Constitución? ¿Es o no, Don Alfonso XIII, un rey perjuro?"

La monarquía se desplomó en circunstancias similares a las que obligaron a otros monarcas europeos a abandonar el poder. Este fue el caso del italiano Víctor Manuel de Saboya que arropó la dictadura fascista de Benito Mussolini o, más recientemente, el de Constantino de Grecia defenestrado por su complicidad con los militares golpistas. La monarquía española, desde el descrédito profundo, cavó su propia fosa tras los fusilamientos en Huesca, el mes de diciembre de 1930, de los héroes republicanos de Jaca, Fermín Galán y García Hernández.

Hasta hoy ha respondido usted de la Guardia civil, ¿podrá hacer lo mismo cuando mañana se conozca la voluntad del país? como respuesta el militar bajó la cabeza. El conde Romanones relata de esta manera la entrevista con el Director General de la Guardia Civil, general Sanjurjo, en su libro Historia de cuatro días. Sería éste mismo general el que pasado un año protagonizaría el primer intento de golpe de Estado contra la frágil República el 10 de agosto de 1932. Principal artífice del golpe de julio de 1936, en una carta al general Mola, el 9 de julio de aquel año, establecía los objetivos del golpe militar: "Ir a la estructuración del país desechando el actual sistema liberal y parlamentario, que es el que, en definitiva, ha llevado a España, como a otros países, a los trastornos que hoy lamentamos y que tratamos de remediar". El problema, pues, guste o no guste, no fue la República, sino el sistema de libertades públicas. Y, hoy por hoy, los demócratas debemos rendir el debido homenaje a los que compartieron la ilusión de un país de progreso en libertad ya que sin su sacrificio y esfuerzo los valores que sustentan el edificio de nuestra convivencia cívica serían sencillamente inexistentes.

El 14 de abril de 1931, en la plaza de Cort de Palma Llorenç Bisbal, socialista y primer alcalde republicano se dirigía a la multitud aseverándoles "La recomendación principal que a todos he de hacer es que haya orden, orden y orden; pues ha de tenerse en cuenta que la justicia y la libertad descansan en el orden". Aquel día, en Palma, rodó la cabeza de una estatua de Ramón LLull y un grupo de estudiantes y obreros al grito de ¡Viva la República! se dirigieron hacia la sede de la Real Sociedad Alfonso XIII, que sustituyó el nombre por el de Club Deportivo Mallorca.

Hoy, 75 años después, aún se pueden oír las voces de júbilo de aquellos que, desde el hilo conductor del liberalismo gaditano de 1812 hasta nuestros días, pugnan por un país libre, moderno y tolerante. Los que aún sentimos un brote de emoción al escuchar los acordes de La Marsellesa les dedicamos a todos ellos un sentido recuerdo y un merecido homenaje.


Pep Vílchez
(Licenciado en Historia por la UIB)
12/04/06

11.4.06

«El 14 de abril de 1931 se celebró entre ovaciones y una llamada al orden»

Josep Pons Bestard y Gabriel Joan, con más de 90 años, recuerdan cómo fue el día de la proclamación de la II República
TONI LIMONGI
Republicanos convencidos, vivos y con una memoria que es un puro testimonio histórico. Así son Gabriel Joan y Josep Pons Bestard. Hablar con ellos es situarse en un contexto histórico que ya empieza a ser bastante remoto, pero cuyas consecuencias políticas aún son palpables. El republicano mallorquín Josep Pons Bestard, autor del libro «Memoria de Mallorca, 1936», defiende la veracidad de toda su obra, y asegura que para defender sus argumentos está dispuesto a «ir a la cárcel». Tiene 93 años, pero su memoria funciona a la perfección: «El día 14 de abril de 1931 fue un día que viví con especial intensidad. En Cort había mucha gente, repleto. Supongo que la misma gente, en lineas generales, que cinco años después coreaba ¡viva Franco! No tenemos remedio, los mallorquines son unos veletas. Durante esa jornada estuve todo el día en la calle, había un gran entusiasmo. Hoy en día aún tengo en mente los nombres de republicanos ilustres: Toni Pou, Fernando Pou, Francisco Julià Perelló, Virgili Penyaranda, Pep Agustí Palmer (periodista de gran confianza de Pep Tous). Analizar ese día no tiene comparación con los terribles hechos que ocurrieron después, cuando hubo el golpe militar. En su día callé muchas cosas por miedo, que ahora he perdido porque tengo mis años y no creo que ya nadie me haga nada».

Por su parte, Gabriel Joan, histórico militante de UGT y líder del PSOE en la clandestinidad en los tiempos más duros del franquismo, recuerda -a sus 95 años- la jornada histórica con gran precisión: «Yo en esa época tenía 20 años. Era, soy y seré republicano. Porque creo que la República favorece la igualdad entre las personas. Sin embargo, debo matizar que el rey Juan Carlos lo ha hecho muy bien, y que gracias a su acción, la democracia fue otra vez posible. Por eso me declaro republicano, pero con un gran respeto al Rey. El 14 de abril del 31 yo estaba en Consell, trabajando en una fábrica. Y fui corriendo a Alaró, porque en la Casa del Poble se estaba celebrando el advenimiento de la República. No teníamos bandera republicana y sacamos la socialista. Estaba lleno de gente y de animación. Al día siguiente, se brodó una bandera republicana grande. Era una bandera estupenda, grande. La gente se reunía en la parte alta del pueblo, y hablaba animadamente. Yo saqué la bandera. Rosselló dijo algo así como «somos gente de orden, pacífica y democrática. Que el orden esté siempre presente».

Joan tiene también varios nombres en mente: «Enseguida nombraron una comisión gestora, formada por Pedro Rosselló Oliver, Toni Rayó Rotger y Pere Antoni Rotger Reynés. Al cabo de unos meses hubo elecciones. En Alaró, el Partido Liberal se adaptó a la nueva realidad y se convirtió en el Partido Republicano de Centro, que luego gobernaría con los socialistas, siendo Rosselló finalmente el alcalde. Finalmente, un 4 de diciembre de 1936 apareció Rosselló asesinado». Joan concluye «El día después de la proclamación de la República fui a la fábrica de Can Tampó, y me despidieron. Entre el empresariado la República no estaba bien vista. No les gustaba. Una gran parte del empresariado apoyó después el golpe de Franco. Yo me quedé sin trabajo, pero Rosselló me puso a trabajar en la carretera de Consell-Alaró. Y así pude seguir».
Publicat a Ultima Hora
11/04/06

Cirer pretende arrinconar en una esquina de la plaza de Cort el homenaje a la II República

Quiere instalar la tarima junto al olivo en lugar de situarlo frente a la fachada del Ayuntamiento

JOSEP CAPÓ. PALMA.
Una cuestión aparentemente menor, aunque considerada por los organizadores de importante valor simbólico, amenaza con reavivar la polémica suscitada en torno a la fiesta homenaje con motivo del 75 aniversario de la proclamación de la Segunda República el próximo viernes, coincidiendo con la celebración del Viernes Santo.
El equipo de gobierno quiere montar la tarima para la celebración del homenaje en una esquina de la plaza de Cort, junto al olivo, en lugar de situarla frente a la fachada del Ayuntamiento, edificio desde el cual se proclamó oficialmente la II República hace 75 años. La excusa esgrimida por el equipo de Catalina Cirer se basa en las supuestas molestias que el escenario ocasionaría al normal desarrollo de la procesión, puesto que, como es tradicional, se monta una tarima en el zaguán de Cort desde donde las autoridades ven desfilar las distintas cofradías en las procesiones del Jueves y Viernes santos.
La voz de alarma la dieron ayer los portavoces de los grupos municipales del PSOE y EU-Els Verds, respectivamente, Antoni Roig y Eberhard Grosske, quienes, junto al del PSM, Pere Muñoz, solicitaron en nombre de la Comissió Cívica que organiza el homenaje, la colocación de la tarima y una toma de fluido eléctrico para el normal desarrollo del acto. Antoni Maria Thomàs, uno de los portavoces de la Comissió Cívica, manifestó que la decisión municipal se circunscribe en la voluntad del equipo de gobierno de "incordiar y poner pegas para la celebración del acto, que tiene una connotación civil". Thomàs reclamó a la alcaldesa que "deje de poner pegas, porque no impedirá que el acto se realice". Asimismo, expresó su "respeto más absoluto" a las celebraciones religiosas del Viernes Santo, aunque manifestó que desde el Ayuntamiento "están empeñados en revivir el nacional catolicismo trasnochado".
Insistió en que la tarima se puede montar y desmontar antes y después de la celebración del homenaje previsto para las 12,30 horas del próximo viernes en la plaza de Cort, por lo que no interfiere en la celebración de ningún acto, ya que se atrasó su inicio media hora porque no coincidiera con la celebración de la representación del Vía Crucis. Sea como sea, afirmó que "no impedirán la celebración del homenaje".
11/04/06

10.4.06

La izquierda aún se siente hoy republicana y llama a manifestarse el 14 de abril

Amplia presencia de jóvenes en los actos conmemorativos celebrados hasta ahora y que culminarán el viernes con una concentración en Cort
TORRES BLASCO
Los aniversarios, y más los aniversarios fáciles de recordar, siempre tienen algo de mágico. Quizá, por ese motivo, hay este año un «runrun» favorable a la República mayor que en otras ocasiones.

Es la opinión de un republicano mallorquín convencido, Biel Sevilla, que -en vísperas de la conmemoración de la II República- asegura que «me hace mucha gracia quienes nos tildan de antiguos por defender la república». Y añade «lo antiguo es la monarquía». Sevilla es militante de Esquerra Unida, uno de los partidos de las Islas que más apoyan la conmemoración de este año. Han presentado iniciativas en las instituciones favorables a la República y participan en la organización de diversos actos.

El acto central de Palma se celebrará el próximo día 14 en la Plaça de Cort a las 12'30 de la mañana. Lo organiza la llamada Comisión Cívica para la conmemoración del 75 aniversario de la Segunda República, que reune a historiadores, activistas y a grupos políticos.

El periodista Antoni Maria Thomàs forma parte de esa comisión. «Yo soy republicano, considero la monarquía como una herencia del pasado y pienso que la actual democracia tiene una asignatura pendiente, decidir entre la monarquía o la república».

Antoni Maria Thomàs es el autor de un documental, «Nosaltres, els vençuts», con testimonios de hombres y mujeres que conocieron la Segunda República en Mallorca.Este documental se exhibió el pasado 1 de abril en Ses Voltes. Ese espacio, Ses Voltes, era el elegido inicialmente para que se celebrara el acto conmemorativo de la proclamación de la República. La alcaldesa Catalina Cirer (PP) denegó la autorización por coincidir con el Viernes Santo. Por ese motivo optó por organizar, el sábado día 1, una comida popular y un concierto de «La Gran Orquesta Republicana», grupo mallorquín surgido en 1987 habitual en muchos actos de Esquerra Unida y que no oculta, sino que reivindica, su republicanismo.

Los organizadores de la comida republicana (jóvenes procedentes de Corriente Roja y vinculados a colectivos ácratas) habían previsto la asistencia de poco más de 30 personas. Fueron unos 300. Uno de ellos el historiador David Ginard, miembro de la comisión conmemorativa y autor de diversos libros sobre la época. Ginard destacó como la idea republicana va calando más en sectores jóvenes. También destaca el hecho de que el cambio de Gobierno haya supuesto el intento de recuperación de la memoria histórica. Carlos Zayas, ex socialista y actual presidente de Amigos de la Tierra, se sumó igualmente a la convocatoria. «La República tiene sentido, claro que sí», comentó con este diario.

Oficialmente, el PSOE es un partido republicano. Aina Rado, diputada autonómica socialista, se define como republicana. «Claro que soy republicana», afirma. Rado afirma que el Gobierno de Zapatero está recuperando propuestas que engarzan con los gobiernos de la Segunda República. Lo mismo afirma Emilio Alonso, que se confiesa «intelectualmente republicano». Alonso es historiador y considera que aunque no esté abierto el debate monarquía-república, «está claro que estamos recuperando los valores republicanos
Publicat a Ultima Hora
10/04/06

9.4.06

Rememorant la Segona República

La setmana vinent es commemora el 75 aniversari de la pacífica proclamació de la Segona República Espanyola, acollida pels ciutadans amb un entusiasme avui difícilment comprensible, quan l'atonia i la indiferència respecte dels afers públics són dos dels mals més greus que afecten la nostra vida política, perquè d'aquí neixen la indiferència i el passotisme que fan possible l'altíssim nivell de corrupció que tots intuïm que hi ha en el nostre país. Però també resulta molt simptomàtic el nerviosisme que aquesta data produeix en els hereus espirituals de la guerra civil que la va destruir per donar pas a l'abominable dictadura franquista. Un nerviosisme que es manifesta en el seu rebuig a recordar i honorar les víctimes de la dictadura, sens dubte per por que el record es convertesqui en exigència de responsabilitats. El subconscient els traeix, perquè està més que comprovat que els familiars dels represaliats, assassinats i perseguits pels franquistes no volen venjança, sinó justícia. Fins i tot crec que ni tan sols això: Volen, sobretot, l'esplai de l'ànima que resideix en el sol fet que es reconegui que els qui varen destruir la República a sang i foc ho varen fer a través d'una guerra fratricida a la qual hi va haver vencedors i vençuts, i que si hi ha d'haver autèntica reconciliació en aquest país ha d'esser en base al reconeixement, i la reparació quan sigui possible, de les injustícies que es varen cometre contra ciutadans honests, moltes vegades humils, que no varen fer més que defensar la legalitat constitucional davant uns criminals, feixistes embogits i militars errats de comptes. Sembla que fins i tot els hereus ideològics d'aquesta gent haurien d'esser capaços d'entendre que, si durant més de quaranta anys s'ha estat mentint i tergiversant la realitat, negant els crims contra la humanitat que es varen cometre en el bàndol «nacional» i silenciant el dolor de les víctimes i les seves famílies, i honorant en canvi els seus botxins, ara, quan han passat trenta anys des de la restauració de les llibertats que aquells fanàtics varen destruir bàrbarament, hauria d'esser possible la «reconciliació per damunt de les tombes», com deia el lema de les organitzacions juvenils alemanyes que després de la Segona Guerra Mundial anaven a França a fer el manteniment dels cementeris de soldats alemanys. Però no. Segueixen entossudits a comportar-se com a vencedors. Diuen que «no s'han d'obrir velles ferides», perquè no volen reconèixer que ells han impedit que s'hagin pogut tancar mai. En el Consell Insular, aquest pobre portaveu que s'ha triat el PP, que respon com cap altre actor de la política actual al concepte que en castellà defineixen com a «niñato», té la barra de dir que l'esquerra, volent honorar els vençuts, vol treure «un odi i una rancúnia» que considera enterrats des de 1939, sense reconèixer, per tant, les greus responsabilitats dels assassinats posteriors a aquesta data, quan la guerra teòricament ja havia acabat, però els vencedors seguien perseguint els vençuts. I a Cort, un descendent d'afusellats pels feixistes s'oposa a la proposta de fer un homenatge als represaliats a pesar que reconeix que durant desenes d'anys el silenci dins la seva família va esser tan hermètic que no va tenir coneixement dels seus antecedents familiars republicans fins fa poc temps. No hi pot haver testimoni més fefaent de l'atmosfera irrespirable que hi ha hagut a Espanya durant tots aquests anys. Però els ideòlegs del feixisme segueixen mentint, presentant la República com un règim nefast, oblidant que un dels motius principals per anorrear-la va esser, per exemple, que es dedicava a fer escoles i educar el poble per immunitzar-lo contra la manipulaciuó i la mentida. Realment, no m'estranya que cada vegada hi hagi més republicans.

Josep Moll Marquès
Publicat al Diari de Balears
09/04/06

Aquell 14 d'abril de 1931 i la plaça de Cort

Com és sabut de molta gent, enguany, el 14 d'abril, es commemorarà el 75è aniversari de la proclamació de la Segona República a l'Estat espanyol. Es tracta, doncs, d'una data significativa ja que sabem que els aniversaris que coincideixen amb el quart de segle, el mig, els tres quarts o el segle són especialment significatius. Per això, un grup de ciutadans i ciutadanes diversos ens hem constituït en Comissió cívica perquè aquest 75è aniversari no passi desapercebut i es celebri com creiem que pertoca. No cal dir que la Comissió és totalment oberta, plural, diversa i profundament democràtica en el seu funcionament. Però aquesta pluralitat no ha estat en cap moment limitadora, sinó que ha estat més bé enriquidora i hem pogut elaborar un Manifest i un calendari de diversos actes, que duraran tot l'any i que tendran en el 14 d'abril un dels seus esdeveniments centrals.


La utilització de la plaça de Cort per a la commemoració de la proclamació de la Segona República ha estat envoltada de polèmica per la inicial negació de l'autorització per part de l'equip de Govern del PP de l'Ajuntament. Finalment, però i previ un lleu canvi d'hora, l'equip de Govern hi ha accedit, però, fent semblar que hi ha hagut una certa caparrudesa dels organitzadors ja que el consistori havia proposat altres indrets. No és obstinació voler fer la commemoració a la plaça de Cort, sinó més bé tot el contrari. Hem de recordar que històricament la plaça de Cort ha estat el centre cívic i neuràlgic de la ciutat i de la vida ciutadana. S'hi han desenvolupat alguns dels principals esdeveniments ciutadans i la centralitat, la simbologia i la tradició de la plaça ha estat una constant al llarg de la història contemporània.



Però, si en els memorables dies del 14 i 15 d'abril de 1931 hi hagué un lloc per excel·lència que concentrà les mostres de ciutadania, alegria, civisme i canvi, aquest va ser la plaça de Cort. Permeteu-me que recordi els fets d'aquell esperançador 14 d'abril.


Al migdia, es començaren a concentrar petits redolins de republicans a la plaça de Cort que comentaven apassionadament les notícies que es rebien i, fins i tot, en comptades ocasions es varen proferir crits a favor de la República. També es deixaren veure per la plaça alguns dels 5 republicans i 4 socialistes que havien estat elegits regidors en les eleccions municipals del 12 d'abril i que eren ovacionats pels concentrats.



A les 15 h, davant les notícies que es rebien sobre el possible canvi de règim, en el Casino Republicà de Palma es reuní el Comitè Revolucionari de Mallorca, integrat per republicans i socialistes paritàriament, per acordar possessionar-se del Govern Civil -ho farien el republicà Antoni Pou, que l'encapçalaria, i el socialista Jaume Garcia-, de la Diputació Provincial -se n'encarregarien el republicà Francesc Julià (president), el reformista Ferran Pou i el socialista Jaume Bauzà- i de l'Ajuntament de Palma -el socialista Llorenç Bisbal (batle), el republicà Josep Tomàs Renteria i els socialistes Ignasi Ferretjans, Alexandre Jaume i Jaume Rebassa-. Mitja hora després, quan en Figuera tocava les 15.30 h les pissarres de la redacció del diari La Última Hora de la plaça de Cort anunciaren la proclamació de la República a Barcelona. La notícia va recórrer amb rapidesa la ciutat i es començà a concentrar nombrosa gent a la plaça.


Quan passaven les 15.45 h una comissió de republicans i socialistes pujà al balcó de l'Ajuntament i hissà la bandera tricolor republicana. L'acte fou celebrat pels assistents i, després, des del balcó de la Casa de la Vila pronunciaren parlaments els regidors antimonàrquics electes Josep Tomàs Renteria i Francesc Villalonga, a més d'Adolfo Fernández Moreda i Antoni Pou. Les peticions de calma i ordre als congregats foren reiterades. A continuació, en nom de la República, Antoni Pou, Alexandre Jaume, Ignasi Ferretjans i Josep Tomàs Renteria prengueren possessió de la Casa de la Vila, on es trobaven reunits els membres més destacats dels grups antidinàstics.



Des de la Casa de la Vila, un poc passades les 16 h, els republicans i els socialistes es dirigiren cap al Palau de la Diputació i, sense trobar resistència, varen prendre possessió pacífica de l'edifici. Al mateix temps, hi varen ser proclamades provisionalment les noves autoritats: Antoni Pou Reus, nou governador civil de les Balears; Francesc Julià Perelló, president de la Diputació, i Llorenç Bisbal, batle de Palma, que arran de trobar-se malalt es decidí que se'n fes càrrec provisionalment el socialista Alexandre Jaume. Les noves autoritats, a les 17 h, signaren un ban en nom del Comitè Provincial Republicano-Socialista que declarava que «En España es un hecho la República» i que es possessionaven dels càrrecs en nom de la voluntat del poble.



A les 17.20 h hom difongué la notícia que la família reial havia sortit amb tren especial de Madrid i que Niceto Alcalá Zamora s'havia encarregat de la presidència del Govern provisional. Seguidament, des del balcó de l'Ajuntament el republicà federal Francesc Villalonga i els socialistes Alexandre Jaume i Ignasi Ferretjans hi pronunciaren parlaments. Hi fou hissada la bandera mallorquina amb una gran ovació, mentre Francesc Villalonga tocava a sometent la campana d'en Figuera, tal com s'havia fet el dia de l'entrada de la Primera República. Després de la proclamació de la República a la plaça de Cort, es féu una manifestació pacífica des de la Casa de la Vila fins al Govern Civil situat a la cantonada dels carrers de la Unió i de Brondo. A la nit, diverses bandes de música, al so de La Marsellesa, varen recórrer festivament els carrers cèntrics de la ciutat.


L'endemà, declarat dia de festa pel Govern Provisional de la República, es varen possessionar de manera oficial els nous càrrecs. Així, prop de les 4 de la matinada arribà un telegrama del ministre de la Governació ordenant el lliurament del Govern Civil a Antoni Pou Reus. Ràpidament, el president de l'Audiència i governador provisional Gil de Tejada comunicà la notícia a Antoni Pou, al qual fou lliurat el comandament de la província a les 8 del matí. A les 10.30 h, novament la plaça de Cort i la Casa de la Vila es convertiren en el centre del canvi de règim amb la presa de possessió oficial de Llorenç Bisbal de la batlia de Palma.



Voldria destacar com el 1945 l'intel·lectual i regidor republicà Francesc de Sales Aguiló, des de l'exili, recordava el 14 d'abril de 1931: «Aquell dia, les campanes d'En Figuera eren desficioses i precipitades, seques i gojoses, com ferides d'una emoció nova, que s'afanyava a estendre damunt la Ciutat, assolellada i tranquil·la, a les dues del migdia d'un dia gloriós de primavera mediterrània. La gent, a correntsos, sortia de ca seva, i es dirigia a la Plaça de Cort, sense saber per què hi anava i ben dejuna de la sorpresa que li esperava. En Figuera tocava a foc... Però ja es distingia que no era un incendi material, destructor, que tot ho consumeix. Era foc, però un foc immaterial, símbol de l'esperit encès d'un poble que per a pròpia voluntat recobrava sa llibertat. Era el foc de foganya de casa pairal, a l'entorn del qual tota la família civil agermanada, tot el poble unit, havia de projectar i construir la Ciutat Futura.



Els republicans que havíem format part del Comitè Revolucionari -la sola paraula revolució, dins l'ambient de plàcida tranquil·litat i de treball i viure fàcil, a Mallorca, encara, aleshores, sonava com una estridència passiva, gairebé innecessària i inútil...-, els socialistes i republicans que integràvem el comitè de la Conjunció Republicana Socialista, els dirigents dels partits i sindicats, i els ciutadans llisos i indiferents, tothom anava arribant a la Plaça de Cort. Silenciosament, sense crits, quasi sense paraules, molts amb llàgrimes, ens abraçàvem i estrenyíem les mans. Ja sabíem la bona nova, que la ràdio ens havia portat: a Barcelona, acabava d'ésser proclamada la República Catalana.


Després d'un breu i ràpid canvi d'impressions, mentre duien les banderes republicanes, fou decidida la immediata proclamació de la República. Des del balcó de la Casa Gran -Casa de la Ciutat- i des del Palau de la Diputació Provincial, fou proclamada la República; s'hissaren banderes i es digueren unes paraules plenes d'entusiasme i d'esperança. La gernació, que ja omplia la Plaça de Cort i els carrers afluents, sorpresa i admirada, demostrà la seva conformitat amb aclamacions i mamballetes.



Així, amb decisió i senzillesa, ressuscità el poble que proclamà la República a Palma de Mallorca, després de la proclamació a Eibar i a Barcelona. El poble prengué possessió de l'Autoritat i de Casa Seva: Ajuntament, Diputació i Govern Civil. I els ciutadans, amb ciutadania, desfilaren hores i més hores, seguit seguit, fins a la matinada, davant els seus legítims representants, als quals estrenyien la mà, tot dient la salutació de consuetud: -Enhorabona. Que sigui per molts anys». Aguiló acabava l'article amb un esperançador «Però... un 14 d'abril vendrà [...] i En Figuera tornarà a tocar...»


Gairebé ningú després del canvi de règim de la Monarquia a la República negà la seva legitimitat, tot i haver arribat després d'unes eleccions municipals, i es destacà, fonamentalment, l'ordre i el civisme d'aquells esperançadors dies d'abril de 1931. El canvi de forma d'Estat, sense vessar gens de sang, fou reconegut aleshores com a model de transició arreu d'Europa i del món.


Arnau Company i Mates, historiador i membre de la Comissió cívica per a la commemoració del 75è aniversari de la Segona República.

Publicat al Diari de Balears
09/04/06

El 75 aniversario de la II República

GORI MIR

Si no és avui, serà demà que la República vindrà. Este estribillo se originó en Mallorca después de la caída del régimen del general Primo de Rivera y se usó hasta que llegó aquel 14 de abril de 1931 en que pacíficamente se proclamó la II República. La Monarquía pagó de aquella manera haber colaborado con la dictadura. De ello hace tres cuartos de siglo. Es una perspectiva histórica suficiente para hacer todos los análisis posibles sobre lo que representó el nuevo régimen de libertades y reformas que duró hasta que fue derrotado por las armas con la decisiva ayuda de los fascismos alemán e italiano. Esta perspectiva permite un saber reposado y evitar caer en maniqueísmos a los que son tan aficionados sectores de la sociedad española.
La II República intentó un proceso de modernización de acuerdo con los modelos entonces imperantes en las democracias occidentales. Salvando las estructuras históricas y culturales, lo que intentaron los hombres de aquel nuevo régimen se inspiraba en la política que llevaba a término F. D. Roosevelt en Norteamérica y no en las transformaciones revolucionarias de la Unión Soviética. El liberalismo reformista, el de Azaña, el de Prieto y el del catalanismo, pretendía superar la crisis económica de aquella coyuntura a la vez que las estructuras medievales que persistían. Lo eran el sistema de la propiedad y uso de la tierra en buena parte de la Península, en donde se daban índices insoportables de pobreza, esperanza de vida y analfabetismo que justificaban la reforma agraria. En muy pocos años se construyeron unas siete mil escuelas; se promulgaron nuevas leyes laborales y sociales; se emancipó políticamente a la mujer; se declaró la necesaria separación de la Iglesia del Estado; las elecciones nunca habían sido tan limpias y se establecieron las condiciones para crear una auténtica cultura democrática.
También supuso entender de otra manera España y, huyendo de federalismos utópicos, se quiso reconocer e integrar las diferentes naciones que en ella existen. Su proyecto, con buen tino, iba en la dirección de un Estado organizado asimétricamente. Sin embargo, la cuestión catalana siempre planeó durante aquel régimen. El intento de golpe de estado (agosto 1932) del general Sanjurjo cuando se aprobaba el estatuto de autonomía de Catalunya fue un primer aviso de cómo pensaban las clases dirigentes tradicionales en relación con la pluralidad nacional.
Los hechos de octubre de 1934 en Cataluña y Asturias se explican por la enorme desconfianza que los partidos republicanos tenían con la CEDA y su líder, J.Mª Gil Robles, el cual había defendido a Sanjurjo en el consejo de guerra que lo condenó a muerte, luego indultado. Aquellos hechos, por supuesto, no pueden justificarse, pero mucho menos puede serlo el golpe de Estado que se intentó el 18 de julio de 1936 que dio lugar a una cruel guerra civil. Con palabras de Javier Tusell debe decirse que "parte de la derecha fue tan desleal al régimen como parte de la izquierda, y se alzó en armas contra el régimen en 1932. Luego en 1936, tomó una decisión que fue, con mucho, la peor imaginable y que no puede ser de ningún modo justificada por los errores previos del adversario". Es decir, una interpretación histórica que justifica el alzamiento contra la República, pervierte el sistema de valores morales que dan contenido y sentido a la civilización entendida como progreso continuado de la dignidad y libertad del hombre, a la vez que una trampa que puede justificar toda clase de irracionalismos
09/04/06

Orgull republicà

ANTONI BENNÀSSAR MOYÀ

Aquests dies han estat notícia les commemoracions que, d´un signe o un altre, s´han anat preparant amb motiu del setanta-cinquè aniversari de la Segona República Espanyola. D´aquesta manera, actes de diferent caire s´han anat succeint i preparant per celebrar l´adveniment d´una república que naixia el 14 d´abril de l´any 1931.
Em centraré en dos actes per comentar la manera diferent amb què afronten les institucions municipals aquest aniversari. D´una banda, l´Ajuntament de Girona, en acord de sessió plenària de 8 de març de 2006, decidia hissar la bandera republicana al balcó consistorial el 14 d´abril. De l´altra, l´Ajuntament de Palma denegava el permís per celebrar un dinar republicà el 14 d´abril a les Voltes, al·legant que la festa coincidia amb el Divendres Sant. A més, el consistori palmesà ha posat des de llavors mil i un entrebancs perquè se celebri a les proximitats de Cort qualsevol acte de commemoració del setanta-cinquè aniversari de la República. Com es pot veure, aquests dos consistoris han tingut dues maneres diametralment oposades d´afrontar un esdeveniment històric, polític i social com la proclamació de la Segona República a Espanya.
La comparança entre Girona i Palma no és intranscendent, sinó que, per contra, demostra al meu parer una qüestió de fons de la major importància. Així, l´aniversari de la Segona República ha estat caracteritzat per dues línies polítiques totalment diverses en relació amb l´efemèride. Per part de forces polítiques d´esquerres s´ha reivindicat, en major o menor mesura, el llegat republicà. En canvi, des de l´òrbita de la dreta política s´ha iniciat una etapa d´autèntica «reescriptura de la història» totalment inaudita. D´aquesta manera, darrerament, han aparegut als grans magatzems un seguit d´escrits de pseudohistoriadors que, des de postures reaccionàries, han justificat l´aixecament militar dretà i feixista del 18 de juliol de 1936.
Seria impensable que a Alemanya es justificàs el govern hitlerià, en canvi a Espanya darrerament sembla que el règim franquista té una tolerància inexplicable. És cert que la República Espanyola va tenir moltes ombres; és cert que des de les eleccions de 1933 i el Govern de Lerroux la República va iniciar una deriva d´enfrontament i desconstrucció; és cert que la revolució d´Astúries de 1934 va ser un enfrontament civil de primer ordre; és cert que les reformes agrària i militar no s´afrontaren amb valentia; i és cert, finalment, que la qüestió territorial no quedà solucionada. Totes aquestes coses i d´altres que es podrien afegir en el mateix sentit són certes, sens dubte. Però també és cert que la República fou la primera gran experiència democràtica en la història d´Espanya. La República arribà com una onada d´aire fresc després de la dictadura militar emparada per Alfons XIII. La República arribà com una esperança participativa després dels cinquanta anys de sistema electoral corrupte i caciquista de la Constitució de 1876. I la República arribà per donar, per primera vegada en la història, el vot a les dones espanyoles. Així, la II República, aquest règim ara tan atacat per alguns, fou la que possibilità per primera vegada el sufragi universal a Espanya.
Estam en una etapa històrica en la qual, després d´anys de vergonya, s´ha recuperat un cert orgull republicà. Així, recordem, baldament sigui un punt simbòlic, que les manifestacions en contra de la guerra d´Iraq o la festa del carrer Ferraz després de la victòria de José Luis Rodríguez Zapatero, foren actes polítics replets de banderes tricolors. Afortunadament, i enfront de discursos maniqueus, sembla que el republicanisme torna a despertar, especialment entre el jovent, de la letargia. Recordem amb orgull, en aquest setanta-cinquè aniversari, la II República, els seus avenços, les seves llums i les seves ombres, i el que va suposar, en definitiva, per a la història d´Espanya. Però, sobretot, recordem amb orgull la memòria de les persones que perderen la vida o la llibertat per la defensa de l´ideal republicà.
Antoni Bennàssar és professor de Dret Constitucional a la UIB.
Publicat a Diario de Mallorca
09/04/06

¡Viva la República!

MIGUEL DALMAU

Para saber cómo era la España de nuestros abuelos, hay que releer los primeros pasajes del espléndido artículo que Eva Acosta publicó el martes pasado en este mismo periódico. En él se ofrecía una estampa admirable del primitivo mundo laboral español, marcado por los caprichos del señorito o las exigencias del patrón de la fábrica. Y aunque es cierto que España era, también, el país de Eugenio d´Ors o la tertulia de Pombo, las pitilleras de plata y los hermanos Villalonga, el de los dibujos de Penagos y la revista Blanco y Negro, esa España culta, en fin, que tanto nos agrada al poeta José Carlos Llop y a un humilde servidor, la realidad, la cruda realidad se parecía mucho más, me temo, a la descrita por Eva Acosta.
El triunfo republicano de abril de 1931 puso fin a una dictadura que había gobernado sin transformar, manteniendo un statu quo propio de la Edad Media. Pero ese triunfo no fue por azar: se lo ganó a pulso el general Primo de Rivera, bajo la mirada benévola del Rey, quienes al liquidar la monarquía constitucional de 1876 pavimentaron el camino hacia la República. En un reto colosal, ésta trató de abordar a fondo los seculares problemas sociales y políticos del país: una nueva Constitución, el voto para la mujer, la ley del divorcio, las reformas militares de un ejército caduco, la separación de la Iglesia y del Estado, la enseñanza laica, el Estatuto de Cataluña, una legislación laboral más justa y una profunda reforma agraria. Es decir, una España muy parecida a la que tenemos hoy... Un país europeo y moderno.
Pero desde el principio, las exigencias violentas de la extrema izquierda y, sobre todo, el torpedeo sistemático y constante de la derecha -a la Aznar, Acebes y Zaplana-, con golpes militares incluidos -la Sanjurjada del 32-, arruinaron todas las esperanzas. Es obvio que aquella República llegó demasiado pronto. Durante cinco años se sucedieron gobiernos de distinto signo, donde la derecha jugó un papel crucial. Una derecha que, en términos generales, no quiso saber absolutamente nada, pese a su decisivo papel en el fracaso del intento. Por ello, siempre me ha sorprendido la satanización y el olor a azufre que rodea aún a la aventura republicana, como si "República" e "izquierda" fueran términos sinónimos. Honestamente, creo que sólo los ignorantes -como nuestra alcaldesa Katrina- pueden creer todavía la leyenda negra forjada durante el franquismo, según la cual, la izquierda radical gobernó en exclusiva durante los cinco años de República. Falso. Tan falso como si, en caso de haber triunfado el golpe militar del 23-F de 1981, nos diera por considerar nefastos esos cinco años de ilusiones democráticas que le precedieron desde la muerte de Franco.
Desde verano de 1936, el resto ya es Historia. Pero en estos casos siempre me gusta recordar una frase del poeta Barral que aludía a aquella época como "el período de relativa decencia republicana". Nada lo resume mejor. Porque, pese a los errores de unos políticos que se adelantaron a su tiempo, y de otros que desconocían la palabra "futuro", antes no había habido decencia en España, y se tardó mucho en conseguirla después.
09/04/06