El Parlamento Europeo condena el régimen de Franco con la oposición de Mayor Oreja
Borrell: "Expresamos nuestro reconocimiento hacia los que combatieron por la democracia"
ANDREU MISSÉ - Estrasburgo
El golpe de Estado franquista que derribó el régimen democrático de la República Española hace 70 años recibió ayer una condena masiva por parte del Parlamento Europeo. Aunque no hubo una votación final, la mayoría de grupos políticos (socialistas, liberales, verdes, euroescépticos, soberanistas y de la extrema izquierda) que suman 436 diputados, un 60% del total, expresaron su condena a la dictadura. El Partido Popular Europeo (PPE) delegó su representación en Jaime Mayor Oreja, que eludió cualquier referencia al franquismo y convirtió su intervención en un homenaje a la transición española.
En su intervención, el presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, señaló que con aquel acto se trataba de "no repetir los errores de ayer. Condenar críticamente a sus responsables y expresar reconocimiento hacia todos los que combatieron por la democracia, padecieron persecución e impulsaron el retorno de España a Europa como nuestra patria común".
El debate se produce a dos semanas del 18 de julio, fecha en que se cumplen 70 años del alzamiento franquista, y en el año de conmemoración del 75 aniversario del nacimiento de la II República española, el 14 de abril de 1931. Tras múltiples dudas, el Gobierno prepara precisamente para el 14 o el 21 de julio la presentación de la polémica Ley de la Memoria Histórica.
El acto hubiera tenido una menor trascendencia de no ser por la imprevista y destemplada defensa del franquismo que realizó el diputado de la extrema derecha polaca, Maciej Marian Giertych, en nombre de los No Inscritos. Fue una apología en toda regla: "Gracias a la Iglesia española, al Ejército español y a Francisco Franco, el ataque comunista contra la España católica se pudo superar".
Sus palabras forzaron la intervención incómoda del líder del PPE, Hans-Gert Poettering, que se vio obligado a precisar que "todos los dictadores y los que apoyan los regímenes totalitarios, ya sean fascistas, comunistas o nacionalsocialistas, no están en condiciones de defender nuestros ideales". El resultado del rifirrafe fue que el PP español la extrema derecha europea fueron los únicos que no condenaron el franquismo.
En su intervención Borrell, recordó que la acción de "una parte del ejército español" contra el Gobierno de la II República, elegido democráticamente "frustró una gran esperanza". Porque "esa República", añadió Borrell, "había llegado con el ánimo de propiciar la democracia, y abordar reformas pendientes de gran calado: la reforma agraria y la militar; la separación entre Iglesia y el Estado; el establecimiento de la seguridad social y la concesión de los estatutos de autonomía a las regiones".
Lejos de condenar el franquismo, el eurodiputado conservador, Jaime Mayor Oreja, dedicó su tiempo a elogiar la actuación de su partido, entonces Unión de Centro Democrático, durante la transición. En este sentido, Mayor calificó de "error histórico iniciar una segunda transición" y crear "nuevas naciones que nunca han existido", porque "esto nos aleja de la concordia".
El alemán Martin Schulz, el líder del grupo socialista, enfatizó la violencia que había significado el franquismo, al que comparó con "el yugo de Hitler en Alemania".
Schulz tuvo una reacción fulminante para replicar al diputado de la extrema derecha polaca, por pronunciar un "discurso fascista, que no debería pronunciarse en el Parlamento".
El debate propició también una visión crítica de la actuación de la izquierda durante la guerra civil, por parte del dirigente de los verdes, el eurodiputado Daniel Cohn-Bendit, que fue especialmente crítico con "la horrible intolerancia del totalitarismo comunista" al comentar la represión ejercida contra los militantes del POUM y de los anarquistas".
05/07/06
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